Friday, October 28, 2022

Ófono vuelve

Ófono nació en 2006. En 2007 se mudó a Agrifonte, pero ya no funciona. Así que vuelve aquí.

Ahora es 2022 y todo sigue igual. A continuación, recuperación de contenidos de Ófono perdidos en Agrifonte.

Manifiesto Dadaísta (Tristan Tzara, 1918) (Fragmento):

Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo por una palabra que no significa nada. El primer pensamiento que se agita en estas cabezas es de orden bacteriológico, hallar su origen etimológico, histórico o psicológico por lo menos. Por los periódicos sabemos que los negros Kru llaman al rabo de la vaca sagrada: DADA. El cubo y la madre en una cierta comarca de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble afirmación en ruso y en rumano DADA. Sabios periodistas ven en todo ello un arte para niños, otros santones jesúshablaalosniños, el retorno a un primitivismo seco y estrepitoso, estrepitoso y monótono. No es posible construir la sensibilidad sobre una palabra. Todo sistema converge hacia una aburrida perfección, estancada idea de una ciénaga dorada, relativo producto humano.

Primer manifiesto Surrealista (André Breton, 1924) (Fragmento): 

Surrealismo: Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral.

Segundo manifiesto Surrealista (André Breton y Paul Éluard, 1930) (Fragmento):

El surrealismo se ocupa y se ocupará constantemente, ante todo, de reproducir artificialmente este momento ideal en que el hombre, presa de una emoción particular, queda súbitamente a la merced de algo «más fuerte que él» que le lanza, pese a las protestas de su realidad física, hacia los ámbitos de lo inmortal. Lúcido y alerta, sale, después, aterrorizado, de este mal paso. Lo más importante radica en que no pueda zafarse de aquella emoción, en que no deje de expresarse en tanto dure el misterioso campanilleo, ya que, efectivamente, al dejar de pertenecerse a sí mismo el hombre comienza a pertenecernos.

Minimanifiesto Habsurdo (Antonio Tausiet, 1999):

Reivindicamos toda forma estética inhabitual para remover las conciencias dormidas. Abogamos por la inserción de lo ilógico en la vida cotidiana. Renegamos de lo útil, lo serio, lo adulto y lo organizado. Heredamos con orgullo el conglomerado de Dadaísmo, Infantilismo, Surrealismo y Marxismo (Groucho, Chico y Harpo) que nos legó el siglo XX. Creemos necesario un siglo XXI libre de ataduras mentales. Desterramos de nuestro diccionario las palabras Honor, Disciplina y Respeto para sustituirlas por Seplen, Supiscuidad y Habsurdo. Deseamos feliz no-cumpleaños a todos aquellos cuya fecha de nacimiento no se conmemore hoy. Y, en resumen, declaramos HABSURDO a todo aquello que incomode a los que tienen las ideas claras. Con sembrar una sola duda, habremos triunfado.

Manifiesto Ófono (Antonio Tausiet, 2007):

Definitivamente y sin más circunloquios... ¡Hemos decidido crear la Vanguardia del siglo XXI! Ahora ya no sugerimos que pueda estar surgiendo. Ya ha llegado. La mezcla de descaro impertinente de la filmografía de Tausiet con el sagaz repujado asincrónico y deconstruido que perpetra Emilio Jio con el castellano, ha parido un opíparo ovíparo nuevo huevo. El huevo veraz, como la Vera Cruz; el huevo falaz, como la Fela Ción; el huevo mordaz, como la Morde Dura. La droga dura lo que dura dura, como dice Julián Hernández. El mundo a nuestros pies y el queso espumoso. Pronto nadie se librará del taxi libre de nuestra taxidermia. Gozar y reír como niños auténticos, no como mamarrachos embebidos de falsa modestia o esquemas aleatorios. El ARTE, ahora, es la belleza de la sardina posada de modo aparentemente casual en un pezón. Nosotros nos encargamos.